¿Caries en bebés? ¿Existe?

El otro día, atendiendo  en la farmacia, vino una cliente con un niño de 7 meses y una prescripción médica de un colutorio con flúor, pasta dental infantil fluorada y un cepillo dental stage 1 (para los primeros meses).  Al principio, sorprendida, le pregunté si era para el bebé y me dijo que sí, que había asistido a unas charlas para la prevención de caries y le habían recomendado a seguir unas pautas de higiene dental desde la aparición del primer diente.

Y ¿Por qué? 

Porque hay casos de caries en lactantes, o también conocida como “caries del biberón”, que es la alteración de los tejidos duros del diente en lactantes y niños que han tenido contacto prolongado con sustancias cariogénicas y una higiene oral deficiente o ausente.

Suele  aparecer alrededor de los 6 meses, y pueden prolongarse hasta los 5-6 años, afectando primero a los incisivos superiores. El principal culpable de la caries es una bacteria llamada Streptococcus mutans (o S. mutans).

Esta bacteria se transmite de la saliva de la madre o cuidadora al niño durante sus 30 primeros meses de vida y reside en la dentición, por lo que al menos el niño debe tener un diente para que se produzca la transmisión efectiva. La bacteria se alimenta de sucrosa y produce ácido como subproducto, degradando con ello el esmalte dentario.

Y ¿cuáles son los consejos para prevenir estas caries?

- NO alimentar al bebé mientras duerme, ya que en estos casos el efecto limpiador de la saliva disminuye, dejando las encías y los dientes desprotegidos frente al    contenido en azúcares que al tragar los bebés concentran en la boca

- NO dar al bebé el chupete mojado en azúcar o sustancias edulcoradas (tipo leche condensada, miel o cacao)

- Mantener una higiene adecuada insistiendo día a día a medida que van aumentando su número de dientes 

Recuerda que al final la higiene dental (cepillado y enjuague) es esencial y tu hijo debe ir aprendiéndolo poco a poco hasta que lo tenga asumido como algo imprescindible en su vida cotidiana.