Leer solo si quieres mejorar el aspecto de tu piel

¡Espera! No te vayas a echar el zumo de naranja por la cara.

Si te digo que una sola molécula es antiedad, capaz de iluminar tu piel y trabajar las manchas, ¿cómo te quedas?
Seguro que estarás pensando que es nueva molécula que han descubierto en los fondos marinos o en lo alto del Himalaya, por lo menos.
Te equivocas, no hace falta irse tan lejos. La vitamina C tiene todas esas cualidades y alguna más.

POTENTE ANTIOXIDANTE

Para mí, su cualidad más oculta (no se ve a simple vista) es la más beneficiosa. La vitamina C es una luchadora nata. Combate los radicales libres, encargados del fotoenvejecimiento prematuro de la piel. ¡Qué horror! Y… ¿Dónde están esos radicales libres maléficos? Están por todas partes, pero sobre todo se desprenden del estrés, la radiación solar y quemaduras solares, el tabaco, el deporte.

El problema de los radicales libres es que tienden a atacar el material genético de las células, provocando un deterioro del mismo y consiguiente envejecimiento celular. Si tenemos mala suerte y muchos radicales libres sueltos, tendremos más probabilidad de padecer cáncer de piel.

Los radicales libres que producen el estrés oxidativo no solo hacen el mal a las células de la piel, si no a las de todo el cuerpo. Por eso, una dieta llena de frutas y verduras rebosantes de antioxidantes es la mejor dieta contra el envejecimiento.

NO TODOS LOS PRODUCTOS CON VITAMINA C SON IGUALES.

Depende del tipo de piel que tengas o el efecto que quieras conseguir, deberás utilizar uno u otro.
La vitamina C a concentraciones bajas, 5%, aporta luminosidad a la piel. Muchas ampollas flash de acción inmediata se elaboran alrededor de esta concentración. Sin embargo, no “trata” la piel, ya que no tiene efecto antiedad.

A partir de aquí hasta el 15% de vitamina C, van aumentando sus cualidades. A altas concentraciones, la vitamina C es capaz de aumentar la síntesis de colágeno, reforzando la piel. También tiene acción despigmentante al inhibir la acción de la tirosinasa, enzima que interviene en la formación de la melanina.
Unifica el tono de la piel y difumina las manchas.

¿ES APTA LA VITAMINA C PARA TODO TIPO DE PIELES?

Sí, pero depende de la concentración y de la forma en la que se encuentre la vitamina C.
A medida que aumenta la concentración de vitamina C, el poder irritante (para pieles sensibles) también aumenta. No solo es importante tener en cuenta la concentración, también debemos fijarnos en qué forma se encuentra la vitamina C.

La vitamina C es bastante inestable, le cuesta penetrar en la piel, y se oxida en contacto con el oxígeno del aire.
Por eso, las personas que hacen cosmética natural en casa y se preparan sus propios sérums de vitamina C, con zumo de naranja, dejan bastante que desear.

Según la forma de la vitamina C que se utilice, sus cualidades serán distintas. Como no se puede tener todo en la vida, no hay vitamina C perfecta. Me explico: los derivados de la vitamina C, como el éster palmitato de ascorbilo, es más estables y menos irritante. El principal inconveniente es que es menos eficaz frente a los signos del envejecimiento, ya que no es capaz de activar la producción de colágeno. Para pieles sensibles sería una buena opción.

El ácido L-ascórbico o el ascorbato de tetrahexildecilo son más eficaces y más irritantes. Si tu piel te lo permite, sería la opción a elegir.
Después de estos tecnicismos químicos, seguimos con terminología de andar por casa, (lo prometo).

¿SALEN MANCHAS CON LA VITAMINA C EN VERANO?

NO. La vitamina C no produce manchas ni en verano ni en invierno.
De hecho, a altas concentraciones es despigmentante. En verano, si estás de vacaciones en la playa, puedes utilizarla por la noche porque la vitamina C es inestable a la radiación solar.

Lo que sí debes hacer, si no lo hacías antes, es exfoliarte la piel una vez a la semana. Cuando la vitamina C se oxida puede oscurecer el poro. Lávate bien las manos y ten cuidado con la ropa, porque puede mancharla. Pero no te preocupes, la lavadora lo arregla todo.

¿ES COMPLETA O NO ES COMPLETA LA VITAMINA C?