MATERNIDAD DIVERSA

Actualmente se habla mucho de una maternidad más real, más auténtica.Se ha pasado de mostrar solo la cara dulce de la maternidad que daba una imagen de una madre sonriente meciendo al bebé en sus brazos, a descubrir también aquellos momentos en que no se es tan feliz.

..el post parto con sus incomodidades y posible depresión, lo difícil que resulta a veces instaurar la lactancia materna, la falta de sueño,la falta de tiempo para una misma,... 
Cada vez somos más conscientes de la realidad de la maternidad y de lo diferentes que pueden ser y vivir unas familias respecto a otras. Seguro que ahora todos estáis pensando en qué “diferentes” tipos de familias conocemos: familias con un solo padre o madre, familias numerosas o con un hijo único, familias “típicas”, familias que adoptan, … pero normalmente siempre olvidamos a un grupo de familias.

PERO ¿A QUÉ ME REFIERO CON MATERNIDAD DIVERSA?
Hablo de esas madres (y padres) que tienen un hijo con una enfermedad crónica que generalmente comporta una discapacidad.
Esa maternidad que a veces empieza en la UCI pediátrica, esa maternidad que te lleva desde edades muy tempranas a conocer especialistas médicos a los que no habías ido nunca, pruebas médicas, hospitales, ortopedias, … Esa maternidad que alterna la alegría de tener a tu hijo en brazos con el miedo y la incomprensión de lo que está pasando.



Hablo de maternidad porque somos sobre todo las madres las que asumimos el grueso del cuidado de los hijos y también es así cuando nuestros hijos tienen una enfermedad o diversidad funcional. Somos las que le damos visibilidad y voz a la vida que llevamos, pero muchas de nosotras tenemos a nuestro lado a los padres totalmente implicados en esta crianza atípica, y cada vez hay más padres que se unen y dan visibilidad a nuestro mundo.

CÓMO ES NUESTRA VIDA, ¿QUÉ HACEMOS LAS MADRES DE UN NIÑO CON DISCAPACIDAD?

Somos madres y hacemos las típicas cosas que hace cualquier madre por sus hijos pero además, nos encargamos de cubrir sus necesidades especiales. Eso significa que vamos al médico mucho más de lo habitual, que pasamos por el hospital a hacer alguna prueba o visita con más frecuencia que la mayoría.
Significa que cada año toca renovar algún “papel” con todo lo que implica hacer cualquier trámite burocrático, que estamos en unos cuantos chats de whatsapp por temáticas para estar al tanto de todo (o intentarlo), que buscamos las extraescolares que potencien sus capacidades y los llevamos y recogemos para hablar con el terapeuta.

Nos volvemos expertas en búsquedas online para encontrar desde nuevas terapias a productos ortopédicos, vamos a charlas y formaciones para saber cómo cuidar mejor a nuestros hijos, cómo adaptar la comida a sus necesidades específicas o cómo hacer una reanimación cardio-pulmonar (por si lo necesitamos deseando no usarlo nunca).
En estos tiempos de Covid tan difíciles hemos sido sus terapeutas, enfermeras, profesoras y madres, y hemos tenido que luchar para garantizar su vuelta a la escuela.

Nosotras no tenemos discapacidad, pero “heredamos” la discapacidad de nuestros hijos: nos convertimos en sus piernas, en sus ojos, en su voz y en lo que ellos necesiten. Perdemos un poco (o un mucho) de nosotras para darles una oportunidad a ellos, como haría cualquier madre.
No necesitamos reconocimiento, se agradece el título de “supermamá” pero lo que realmente necesitamos es empatía y un poco de ayuda, pequeños detalles que nos hacen la vida más fácil: No nos miréis mal cuando lleguemos tarde, a veces es muy difícil calcular los imprevistos, dejadnos libres los ascensores si podéis usar escaleras mecánicas, hablad a nuestros hijos con naturalidad, invitarles a las fiestas de sus compañeros, …

Nuestra esperanza es ser cada vez más visibles para que la sociedad no nos tema y nos incluya con normalidad, porque lo normal es ser diferente!

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