Me han diagnosticado celiaquía, ¿qué debo saber?

Los síntomas de la celiaquía son variados. Los más comunes son diarrea, dolor abdominal, abdomen hinchado, pérdida de peso, vómitos y en los niños se puede detener el crecimiento. En otras ocasiones pueden estar relacionados con la mala absorción, debido a la desaparición de las vellosidades en el intestino delgado a causa de la reacción inmunitaria que ocasiona la intolerancia. Así estos síntomas pueden ser: anemia, osteoporosis, déficit de vitaminas y sales minerales.

La enfermedad celíaca es una patología compleja, causada por factores hereditarios y ambientales. La mayoría de los celíacos presentan los genotipos HLA-DQ2 y/o DQ8, pero no es factor suficiente para desarrollar la enfermedad. Hay otros factores, que por ahora desconocemos, necesarios para desarrollar la enfermedad pero se necesita seguir investigando para ir conociendo más sobre la predisposición de desencadenarla.

Como he dicho, para tratar la enfermedad es necesario excluir de la alimentación todos los alimentos que contengan gluten, incluso una pequeña cantidad puede causar daño. Así, para asegurarnos que el producto no contiene gluten, en el envase aparece el símbolo de una espiga barrada.

Hay numerosos alimentos naturales sin gluten, que se pueden consumir sin problemas: arroz, maíz, patatas, legumbres, castañas, leche y sus derivados, carne, pescado, huevos, aceites vegetales, verdura y fruta.

Otros como: sopas instantáneas, embutidos, salsas de soja, preparados de carne, dulces, helados… no se pueden considerar seguros al 100% porque aunque no aparezca el gluten en su composición, pueden haberse contaminado durante el proceso de elaboración del producto. En el mercado hay una gran variedad de productos para celíacos (pan, pasta, galletas, cereales, pan rallado…), reconocibles por el símbolo antes descrito, y que nos permitirán disfrutar de una dieta equilibrada, sabrosa y saludable.